Por lo que respecta a los tiranos, todos los que estaban establecidos en las ciudades griegas, mirando sólo por sus intereses, tanto por su seguridad personal como por el engrandecimiento de su propia casa, gobernaban las ciudades con la máxima prudencia posible, y no llevaron a cabo ninguna empresa digna de mención, salvo alguna guerra particular contra sus vecinos respectivos... Así, por motivos de todo tipo, Grecia se vio obligada durante mucho tiempo a no realizar nada notable en común y a que las empresas de cada una de sus ciudades carecieran de audacia.
Tucídides: Historia de la guerra del Peloponeso, I, 17. Gredos, Madrid, 1990.
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