Noemí dijo a sus dos nueras: "Andad, volveos cada una a casa de vuestra madre. Que Yahvé tenga piedad con vosotras como vosotras la habéis tenido con los que murieron y conmigo. Que Yahvé os conceda encontrar vida apacible en la casa de un nuevo marido". Y las besó. Pero ellas rompieron a llorar, y dijeron: "No; volveremos contigo a tu pueblo". Noemí respondió: "Volveos, hijas mías, ¿por qué vais a venir conmigo? ¿Acaso tengo yo aún hijos en mi seno que puedan llegar a ser viestros maridos? Volveos, hijas mías, andad, porque yo soy demasiado vieja para casarme otra vez. Y aun cuando dijera que no he perdido toda esperanza, que esta misma noche voy a tener un madido y que tendré hijos, ¿habríais de esperar hasta que fueran mayores?, ¿dejaríais por eso de casaros? No, hijas mías. Siento gran pena por vosotras, porque la mano de Yahvé ha caído sobre mí". Ellas rompieron a llorar de nuevo; después Orfá besó a su suegra y se volvió a su pueblo, pero Rut se que