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Armonizando Hard as a Rock

  Hard as a Rock es el el primer sencillo del álbum Ballbreaker , lanzado en 1995 por la banda australiana AC/DC. Un gran tema, con fuerza y, como su propio nombre dice, muy "rockero". Y es que el propio Angus ha repetido numerosas veces que lo que ellos hacen no tiene que ver con grupos como Iron Maiden o Metallica . Ellos no hacen metal , hacen rock . El caso es que, siendo una de las muchísimas canciones que me gustan de ellos, después de tocar la parte rítmica me puse a estudiar la solista, así que traté de averiguar en que tonalidad estaba. Básicamente tocan tres acordes mayores: Si, Mi y La. ¡Ea, fácil!: está en la tonalidad de Mi, así que Angus probablemente habría usado la escala pentatónica (mayor o menor) de esta. Hojeo la partitura y encuentro que, efectivamente, el solo comienza en la primera posición de la escala pentatónica menor ¡pero de Si! ( Wtf! ). "¿Será solo al comienzo y luego pasará a Mi?" pienso. Pues no, se queda en Si todo el tiempo. Y so
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Triadas: For Those About To Rock

Entretenido con las triadas y sus inversiones, una de las posiciones me resultó muy familiar. Se trataba de la 2ª inversión en las tres primeras cuerdas, con la tónica en la 2ª. La llevé al traste 12 (Mi), dejé la púa y comencé a pulsar simultáneamente las tres cuerdas, con suavidad. Pasé a desplazar la posición de la primera cuerda, primero bajando medio tono (Mi menor), después subiendo al traste 14 (Mi 5), para bajar al 12 (Mi sus4) y crear una tensión que se resolvía al volver al pulsar el traste 11. Esa progresión de inversiones, todas en Mi, se iban sucediendo hasta mantener el acorde suspendido durante un tiempo y finalizar en un acorde de Mi 5, ya en el segundo traste, que da paso al resto de la canción a todo volumen. Con esa simplicidad Angus Young inicia la genial For Those About to Rock . Un buen ejemplo de uso de triadas e inversiones y un disfrute de tema. La parte de la que hablo se puede ver en el siguiente video, a partir del 38s.  

El Agente Secreto

Joseph Conrad, en el capítulo III de El Agente Secreto , hace una descripción de los revolucionarios, reduciéndolos a tres categorías: vagos, fanáticos y/o vanidosos. Y el Sr. Verloc, de temperamento idéntico a sus socios, trazaba ciertas distinciones en su mente sobre la fortaleza de insignificantes diferencias. Las trazaba con cierta complacencia, porque el instinto de la respetabilidad convencional era fuerte en su interior, superándola solamente su desagrado por toda clase de labor reconocida - defecto innato que compartía con una gran proporción de reformadores revolucionarios de una condición social dada - . Porque, obviamente, uno no se rebela contra las ventajas y oportunidades de esa condición, sino contra el precio que se tiene que pagar por lo mismo en moneda de moralidad aceptada, dominio de sí mismo y trabajo duro. La mayoría de los revolucionarios son enemigos de la disciplina y de la fatiga principalmente. Hay caracteres, también a los que según su sentido de justicia el

Wicked Sound

Corría el año 1991, el tiempo pasaba entre los amigos y el instituto, disfrutando de momentos felices y mucha diversión. España vivía con gran efervescencia la llegada de los fastos que se producirían en el 92. Nada menos que unas olimpiadas en el norte, en Barcelona, y una exposición universal en el sur, en Sevilla, mi ciudad. Llegaron gentes, empresas e ideas de todos los rincones del mundo. Había una gran actividad, un dinamismo que nos contagiaba a todos haciéndonos ver con optimismo el futuro. En esas estábamos cuando en la radio comenzó a sonar Wicked Game . Compuesta y cantada por Chris Isaak, realmente fue publicada en Estados Unidos en 1989 pero no conseguiría popularidad hasta que se incluyó en la banda sonora de la película Corazón salvaje , de David Lynch (1990). Es después de entonces cuando se lanza en un disco recopilatorio de sus tres primeros álbumes, alcanzando difusión internacional y un éxito rotundo. Una vez que escuché las primeras notas arrancadas con la palanca

Vita et doctrina

Paseando por el centro de Sevilla (antes del maldito confinamiento que nos tiene enjaulados desde mediados de marzo), en la calle Cervantes, observé un antiguo azulejo situado encima de la puerta trasera del Instituto de Educación Secundaria "San Isidoro", que contenía la siguiente cita en latín del susodicho personaje: Doctrina sine vita arrogantem reddit. Vita sine doctrina inutilem facit. Lo que, en castellano, viene a significar: "El estudio sin vida te convierte en arrogante. La vida sin formación te hace inútil".  Mil cuatrocientos años después, la frase no deja de ser cierta.

Sobre el gasto y la felicidad

Mr. Micawber was waiting for me within the gate, and we went up to his room (top story but one), and cried very much. He solemnly conjured me, I remember, to take warning by his fate; and to observe that if a man had twenty pounds a-year for his income, and spent nineteen pounds nineteen shillings and sixpence, he would be happy, but that if he spent twenty pounds one he would be miserable. After which he borrowed a shilling of me for porter, gave me a written order on Mrs. Micawber for the amount, and put away his pocket-handkerchief, and cheered up. (El Sr. Micawber me estaba esperando en la puerta, subimos a su celda y lloró mucho. De una manera solemne me rogó, recuerdo, que aprendiera de su desdicha, que me diera cuenta de que si un hombre tenía veinte libras al año como ingresos, y gastaba diecinueve libras, diecinueve chelines y seis peniques, sería feliz, pero que si gastaba más de veinte libras sería desgraciado. Despues de lo cual me pidió prestado un chelín para cerveza,

El Ocho

Ningún comercio de Sevilla me ha sido tan recurrente a lo largo de la vida como la librería Maymen. Desde muy joven siempre me gustó pasear entre sus mesas repletas de libros, donde era fácil encontrar alguno interesante a buen precio. Pero el tiempo pasa y todo cambia. En mi última visita había carteles pegados en el escaparate que anunciaban el cierre del negocio (el dueño se jubilaba y nadie se hacía cargo del mismo), ofreciendo estupendas ofertas para liquidar las existencias. Hice pues mi última compra, entre otros libros adquirí El Ocho , de Katherine Neville. No sé ni por donde empezar... ¡Menudo truño! Es posible que a los que les gustó El Código Da Vinci también les entusiasme. Aliña temas parecidos: seudohistoria, seudociencia, mitología/religión, misterio, intriga, etc., todo ello sazonado de coincidencias y desenlaces fáciles. Me sorprende el gran éxito de ventas de muchos de estos títulos que son, en mi opinión, tan ridículos. La protagonista se llama Catherine y es u