Los Reyes Magos son unos de los
principales personajes de la Navidad cristiana. Pertenecen al
imaginario popular y se suele pensar que la escena de la adoración
de Jesús por los tres magos, llamados Melchor, Gaspar y Baltasar,
están descritas con detalle en los evangelios sinópticos. Nada más
alejado de la realidad. La natividad de Jesús sólo está descrita
en dos de ellos: el evangelio de San Mateo y el de San Lucas; y sólo
San Mateo habló de unos magos que llegaron de oriente siguiendo una
estrella, para postrarse ante el niño ofreciéndole oro, incienso y
mirra, cumpliendo, así, lo dicho por Isaías: “Reyes serán tus
tutores, y sus princesas, nodrizas tuyas. Rostro en tierra se
postrarán ante ti, y el polvo de tus pies lamerán... Un sinfín de
camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos
ellos vienen de Sabá trayendo oro e incienso y pregonando alabanzas
al Señor”; en Números:
“Lo
veo, aunque no para ahora, lo diviso, pero no de cerca: de Jacob
avanza una estrella, y un cetro surge de Israel. Aplasta las sienes
de Moab, el cráneo de todos los hijos de Set”; o en el salmo 71 (de la Vulgata): "... Ante él se doblará la Bestia, sus enemigos morderán el polvo; los reyes de Tarsis y las islas traerán consigo tributo. Los reyes de Sabá y de Seba todos pagarán impuestos; ante él se postrarán los reyes, le servirán todas las naciones. Pues librará al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara; se apiadará del débil y del pobre, salvará la vida de los pobres".
Pero San Mateo no dice cuantos
eran, ni sus nombres. La tradición cristiana fue tomando forma a
partir de otras fuentes ajenas a los sinópticos.
El
protoevangelio de Santiago presenta a unos magos que, desde oriente,
llegan a Belén buscando a Jesús, al que encuentran en una cueva. Le
ofrecen oro, incienso, y mirra como presente. Pero tampoco se dice
sus nombres ni su número. Por su parte, el
Evangelio árabe de la infancia de Jesús, en su versión siriaca, sí
habla de tres reyes, hijos de reyes que, siguiendo una antigua
profecía de Zoroastro, adoran a Jesús cinco días después de su
nacimiento, regalándole tres libras de oro, incienso y mirra. En el
Evangelio armenio de la infancia podemos encontrar el nombre de los
tres magos, que eran de origen persa: Melkon, Baltasar y Gaspar,
descritos como tres hermanos, reyes de los magos.
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