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El enigma del acero

Lejos, en las montañas de Cimmeria, Conan escucha atento las leyendas que narra su padre.



-El fuego y el viento vienen del cielo, de los dioses del cielo.Pero Dios es Crom, Crom que vive en la tierra.


-Antes los gigantes vivían en la tierra, Conan, y en la oscuridad del caos engañaron a Crom y le arrebataron el enigma del acero. Crom se irritó ¡y la tierra  tembló! -continuó su padre, mientras gesticulaba violentamente-. El fuego y el viento derribaron a aquellos gigantes, y arrojaron sus cuerpos a las aguas. Pero en su ira los dioses olvidaron el secreto del acero y lo dejaron en el campo de batalla.


-Nosotros lo encontramos... sólo somos hombres -dijo, apoyándose en su espada-, ni dioses ni gigantes. Sólo hombres. Y el secreto del acero siempre ha llevado consigo un misterio. Tienes que compreder su valía, Conan, ¡tienes que aprender su disciplina!


-Porque en nadie, en nadie de este mundo puedes confiar: ni en un hombre ni en una mujer ni en un animal.
Haciendo una pausa, su padre alzó la imponente espada.
-En esto sí puedes confiar -dijo.


Acto seguido, acercó la espada a Conan, que, en silencio, miró fijamente la temible hoja.

Los años pasaron y Conan, tras abandonar su Cimmeria natal, viajó por lejanos paises protagonizando numerosas aventuras y disfrutando de los placeres de una vida exprimida al extremo.

Después de saquear la Torre de la Serpiente, Conan es capturado por Thulsa Doom.  Brutalmente maltratado,  yace cubierto de sangre e inconsciente hasta que el propio hechicero se presenta ante él.


-Quiero hablar contigo -ordenó Thulsa Doom.


-¿Donde está el Ojo de la Serpiente? -preguntó-. Dice Rexor que se lo diste a una mujer, probablemente por una simple noche de placer. ¡Qué pérdida! Las personas no se dan cuenta de lo que hacen -se lamentó con hastío.


-Irrumpiste en mi casa -continuó-, me robaste, asesinaste a mis criados, y a mis animales ¡y eso es lo que más daño me hace! -exclamó enfurecido.


-Mataste a mi serpiente... Thorgrim está fuera de sí por el pesar -le recriminó, señalando a su subalterno-, él crió a esa serpiente desde que nació.


-Tú mataste a mi padre... ¡mataste a mi padre y a toda mi gente! Te llevaste la espada de mi padre -le respondió Conan con el poco aliento que le quedaba, arrastrándose ensangrentado por el suelo.


El hechicero se limitó a suspirar con resignación.
-Debió ser cuando era más joven. En otro tiempo, muchacho, yo buscaba el acero. El acero significaba para mi más que el oro o las joyas.


-El enigma del acero -balbuceó Conan.


-Sí, tu sabes lo que es, ¿verdad muchacho? -le respondió Thulsa Doom-. ¿Te lo digo? Es lo menos que puedo hacer. El acero no es fuerte, muchacho, ¡la carne es más fuerte!


-Anda, mira, allá -el hechicero señaló a una sirvienta que contemplaba la escena desde el borde del patio, a muchos metros de altura-, en las rocas. Esa hermosa muchacha. ¡Ven a mi muchacha, ven! -exclamó con voz suave, mientras le indicaba con sus manos que se arrojara.


La sirvienta, sin mostrar temor a pesar de la altura que la separaba de su mentor, saltó desde el precipicio, estrellándose contra el suelo.


La pobre muchacha yacía muerta entre las tablas astilladas del piso, con su joven cuerpo magullado. No había dejado escapar el más leve lamento, ofreciéndose mansamente en sacrificio para gloria y vanidad de Thulsa Doom.


-¡Esto es fuerza, muchacho! ¡Esto es poder! -exclamó el hechicero con orgullo-. La fuerza y el poder de la carne.


-¿Qué es el acero comparado con la mano que lo maneja?


-Fíjate en la fuerza de tu cuerpo -continuó-, el deseo de tu corazon. ¡Eso es lo que te doy! ¡Qué lastima! -se lamentó.

Tras una breve pausa, el hechicero suspiró observando fijamente a aquel bárbaro impulsivo.
-Contempla esto en el árbol del infortunio... ¡Crucificadle! -sentenció.



Del largometraje Conan el Bárbaro, 1982.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Te quedó excelente
Jose ha dicho que…
¡Gracias!
Unknown ha dicho que…
El enigma del acero es confiar en uno mismo.. que uno es el dueño de su destino, thulsa Doom lo confunde con la manipulación que ejerce sobre sus súbditos.

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