No amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.Mt 6 19-21.
Si tuviera que elegir una planta de entre todas las que poseo o he cultivado, esa sería la vinca de Madagascar. No es la planta más hermosa ni tiene las flores más espectaculares. Sin embargo es la planta que, junto con un espatifilo, me ha acompañado más años, 13 en concreto, y eso ha hecho que le tenga un especial afecto . Bueno, no exactamente. También se ha ganado mi aprecio por sus propios méritos, que son muchos. Sus flores son pequeñas y sencillas, pero hermosas, muy numerosas y con un periodo de floración muy largo. En Sevilla mis vincas comienzan a florecer bien entrada la primavera, entre abril y mayo, y dejan de hacerlo con los fríos intensos de noviembre. Ocho meses sin dejar de florecer, no está nada mal ¿no? Me aguantan perfectamente al aire libre, en macetones, con sol directo y orientación este. Sevilla no tiene unos inviernos especialmente fríos, pero no obstante siempre hay alguna semana que la temperatura ronda los 0ºC. En esas condiciones la planta se a
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