Hace un año y medio lo decidí. Siempre me ha gustado la música, y particularmente el Rock. Queen, AC/DC, U2, Dire Straits, Joe Satriani, Guns&Roses, The Who, Led Zeppelin, KISS,... un amplio abanico de riffs poderosos y electrizantes, melodías llenas de fuerza y sentimiento donde la guitarra eléctrica se erige en la indiscutible figura. Nunca tuve la disciplina ni la iniciativa suficientes para aprender a tocar la guitarra, así que como la gran mayoría de los mortales me contenté con soñar. El tiempo fue pasando, pero el interés por la música no decreció. Y mientras tanto vi pasar propuestas de ocio como el "Guitar Hero" o similares, que nunca me atrajeron: eso de aporrear una guitarrucha de plástico con botones de colores me pareció siempre un poco ridículo, no iba conmigo.
Pero, un día, en un centro comercial observé a un tipo que llevaba una aparatosa caja. Por fuera, la imagen de una guitarra y un título: "Rocksmith 2014". Lo primero que pensé fue que se trataba de otro juego más con una guitarra simulada. Pero, la verdad, aquella guitarra parecía bastante real. Intrigado, cuando llegué a casa, investigué sobre el juego, y me sorprendió descubrir que no se basaba en una simulación. No, tenías que tocar con una auténtica guitarra eléctrica. El juego detectaba tu nivel y adaptaba las canciones. Comenzabas tocando muy pocas notas y cuanto mejor tocabas la canción el juego aumentaba la dificultad hasta que finalmente tocabas la canción original con todas sus notas y ritmo. Y además tocabas temazos: Aerosmith, Bob Dylan, Iron Maiden, Nirvana, Billy Idol, Queen, David Bowie, The Offspring, Joe Satriani, Oasis, Ramones, The Rolling Stones, ... ¡Alucinante! Asi que con cuarenta años me dije "¿Y por qué no? Ahora o nunca". Tenía la excusa perfecta para aprender de forma divertida. Y eso era fundamental, porque no estaba dispuesto a perder el tiempo estudiando solfeo, teoría, y haciendo ejercicios harto aburridos. Llega un momento en la vida que aprecias el tiempo como un tesoro, demasiado valioso para desperdiciarlo en cosas que cuestan demasiado trabajo o te hacen sufrir. Si haces algo debe ser divertido, emocionante, etc. Te debe aportar algo. Y otra cosa esencial cuando tienes obligaciones laborales y familiares es que puedas compaginar las nuevas actividades con aquellas, que se adapten a tu vida y no al revés. Vistas así las cosas, un juego es divertido y lo usas cuando tienes tiempo libre: ¡perfecto!
Tras hacerme con el juego e instalarlo sólo restaba conseguir una guitarra. Era aventurarme en un territorio absolutamente desconocido para mi. Afortunadamente tenemos Internet con toda la información a nuestra disposición. El mercado de segunda mano ofrece buenísimas oportunidades para hacerte con todo tipo de guitarras, por lo que al poco compré una guitarra eléctrica por mucho menos de 100€, de gama baja pero suficiente. La enchufé al equipo, me puse los auriculares, inicié el juego y ... ¡zasca!, descarga de potencia sobre mis oidos. Los pelos se me erizaron de la emoción, había comenzado a tocar la guitarra eléctrica.
Con un poco de distancia ahora puedo sacar algunas conclusiones que quizás puedan servir a alguien que se esté planteando aprender a tocar la guitarra eléctrica. Rocksmith o cualquier otro juego similar no te va a convertir en Slash de la noche a la mañana: ni rizos, ni sombrero, ni gafas de espejo. Aprenderás un montón y te divertirás de lo lindo, pero pronto irás profundizando con tabs, tutoriales, consejos de otros guitarristas o profesores, etc. Dejarás a un lado el juego y pasarás a cosas, digamos, serias. Actualmente lo que más hago es tocar canciones directamente con tabs, y disfruto enormemente tanto en el proceso de aprendizaje como cuando ya empiezas a dominarlas. Eso sí, algunos fines de semana me enchufo al Rocksmith y lo paso genial.
Creo que cualquier excusa es buena si te ayuda a comenzar. A mi me sirvió, tomé la decisión de dejar de soñar y pasar a la acción, y cuando enlazo unos buenos riffs no puedo reprimir una sonrisa:"¡Joder Jose!, eso ha sonado de fábula".
Pero, un día, en un centro comercial observé a un tipo que llevaba una aparatosa caja. Por fuera, la imagen de una guitarra y un título: "Rocksmith 2014". Lo primero que pensé fue que se trataba de otro juego más con una guitarra simulada. Pero, la verdad, aquella guitarra parecía bastante real. Intrigado, cuando llegué a casa, investigué sobre el juego, y me sorprendió descubrir que no se basaba en una simulación. No, tenías que tocar con una auténtica guitarra eléctrica. El juego detectaba tu nivel y adaptaba las canciones. Comenzabas tocando muy pocas notas y cuanto mejor tocabas la canción el juego aumentaba la dificultad hasta que finalmente tocabas la canción original con todas sus notas y ritmo. Y además tocabas temazos: Aerosmith, Bob Dylan, Iron Maiden, Nirvana, Billy Idol, Queen, David Bowie, The Offspring, Joe Satriani, Oasis, Ramones, The Rolling Stones, ... ¡Alucinante! Asi que con cuarenta años me dije "¿Y por qué no? Ahora o nunca". Tenía la excusa perfecta para aprender de forma divertida. Y eso era fundamental, porque no estaba dispuesto a perder el tiempo estudiando solfeo, teoría, y haciendo ejercicios harto aburridos. Llega un momento en la vida que aprecias el tiempo como un tesoro, demasiado valioso para desperdiciarlo en cosas que cuestan demasiado trabajo o te hacen sufrir. Si haces algo debe ser divertido, emocionante, etc. Te debe aportar algo. Y otra cosa esencial cuando tienes obligaciones laborales y familiares es que puedas compaginar las nuevas actividades con aquellas, que se adapten a tu vida y no al revés. Vistas así las cosas, un juego es divertido y lo usas cuando tienes tiempo libre: ¡perfecto!
Tras hacerme con el juego e instalarlo sólo restaba conseguir una guitarra. Era aventurarme en un territorio absolutamente desconocido para mi. Afortunadamente tenemos Internet con toda la información a nuestra disposición. El mercado de segunda mano ofrece buenísimas oportunidades para hacerte con todo tipo de guitarras, por lo que al poco compré una guitarra eléctrica por mucho menos de 100€, de gama baja pero suficiente. La enchufé al equipo, me puse los auriculares, inicié el juego y ... ¡zasca!, descarga de potencia sobre mis oidos. Los pelos se me erizaron de la emoción, había comenzado a tocar la guitarra eléctrica.
Con un poco de distancia ahora puedo sacar algunas conclusiones que quizás puedan servir a alguien que se esté planteando aprender a tocar la guitarra eléctrica. Rocksmith o cualquier otro juego similar no te va a convertir en Slash de la noche a la mañana: ni rizos, ni sombrero, ni gafas de espejo. Aprenderás un montón y te divertirás de lo lindo, pero pronto irás profundizando con tabs, tutoriales, consejos de otros guitarristas o profesores, etc. Dejarás a un lado el juego y pasarás a cosas, digamos, serias. Actualmente lo que más hago es tocar canciones directamente con tabs, y disfruto enormemente tanto en el proceso de aprendizaje como cuando ya empiezas a dominarlas. Eso sí, algunos fines de semana me enchufo al Rocksmith y lo paso genial.
Creo que cualquier excusa es buena si te ayuda a comenzar. A mi me sirvió, tomé la decisión de dejar de soñar y pasar a la acción, y cuando enlazo unos buenos riffs no puedo reprimir una sonrisa:"¡Joder Jose!, eso ha sonado de fábula".
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