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Hell Bells

I'm a rolling thunder, a pouring rain
I'm comin' on like a hurricane
My lightning's flashing across the sky
You're only young but you're gonna die...
(Hell Bells, AC/DC, del álbum Back in Black. Atlantic Records, 1980)

A unos tétricos toques de campana le sique un riff implacable: arpegios de La que culminan en rápidos acordes de Do y Si para comenzar de nuevo. Se repite una y otra vez, sumando instrumentos, aumentando el ritmo, consiguiendo la velocidad y el cuerpo que permiten a la canción arrollar todo lo que encuentra a su paso.
Soy un trueno atronador, una tormenta torrencial/Llego como un huracán/Mi relampago destella sobre el cielo/Tú eres joven pero vas a morir...
El 19 de febrero de 1980, meses antes la publicación del álbum, moría el australiano de origen escocés Bon Scott, en trágicas circunstancias. El grupo perdió no sólo a su cantante, que aportaba una voz distintiva, sino a un frontman especial. La imagen que tengo de Bon es la un simpático sinverguenza, pendenciero y bravucón. El típico amigo que acaba enredándote en el embrollo más disparatado que puedas imaginar, y del cual la única explicación que vas a conseguir es una sonora y limpia carcajada.

Bon Scott vestido de colegiala y fumándose un pitillo en el escenario.

Tuvo que ser difícil para el resto del grupo perder a alguien así después del éxito de Highway to Hell, que les abría las puertas al estrellato mundial del rock. Había compartido su destino con los hermanos Young desde octubre de 1974 y, apenas vislumbrando la gloria, Bon desaparecía dejando al grupo conmocionado. Parece ser que fueron los padres del propio Bon (Wall, 2012) quienes les alentaron a continuar. Eligieron a Brian Johnson como nuevo cantante, y al poco acabaron y publicaron un nuevo álbum: Back in Black, cuya portada manifiesta el duelo y el respeto del grupo hacia Bon. El resto es historia.

Portada del álbum Back in Black

Tanto los antiguos miembros de la banda como Brian Johnson hicieron un gran trabajo. El nuevo miembro fue el autor de la letra de la impresionante canción que titula esta entrada, inspirado en la tormenta que, en el momento de escribirla, azotaba las Bahamas, donde la banda grababa el álbum (Masino, 2006). Se estima que se han vendido más de 45 millones de copias de Back in Black en todo el mundo. ¡45 millones, qué barbaridad! Una cifra sorprendente si consideramos el género musical, que no es precisamente el más comercial ni suele tener un respaldo sin reservas por parte de la industria. ¿Por qué el tremendo éxito de AC/DC? No lo sé, otros mas entendidos podrán decirlo. Yo sólo puedo señalar lo que me gusta. Sus canciones son fieles a un estilo muy reconocible, con riffs pegadizos y rítmicos. Abundan los sólos potentes, con una base palpable de rhythm & blues y viejo rock'n roll. Luego, la tremenda conjunción entre la guitarra rítmica y la solista que, al compás del bajo y la batería, levantan una especie de muro de sonido donde se hace imposible apreciar imperfecciones. La técnica de Angus está sazonada de bendings, ligados y slides, con mucho sabor a blues y rock primigenio, como ya he dicho.
     El álbum quedará para los anales, y siempre que lo necesitemos podremos reencontrar joyas como estas Campanas del Infierno, ¡por todos los demonios!

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